Monopoly Junior
- Claudia Galiano
- 14 dic 2021
- 2 Min. de lectura
Un clásico que no falla.

Jugadores | De 2 a 4 |
Edad recomendada | +5 |
Duración de la partida | 20 - 30 minutos |
Ayuda a desarrollar... | Estrategia y planificación, concentración y atención, toma de decisiones, cálculo mental sencillo, socialización. |
| |
¿Qué hay en la caja?
Cuatro figuras de juego (un perro, patito, un pingüino y un T-rex)
Un tablero de muy buena calidad y material resistente.
20 cartas de suerte.
90 billetes de 1M.
Marcadores de propiedad (12 por cada personaje)
Un dado.
¿Cuál es el objetivo del juego?
Debemos conseguir ser el jugador con más dinero del juego cuando alguno de nuestros contrincantes (o nuestro único rival) se declare en quiebra.
¿Cómo se juega?
Las reglas son muy parecidas a la versión clásica conocida por todos, aunque la principal diferencia que observamos nada más ver el tablero es la adaptación de las propiedades a los más pequeños de la casa. Ya no vamos a caer en la Gran Vía ni en el Paseo de la Castellana. Esta vez tendremos que pagar el alquiler de la pista de karts, de la tienda de juguetes o de la heladería.
Antes de comenzar a jugar debemos preparar el tablero, los personajes, las tarjetas y lo más importante: repartir el dinero. Dependiendo del número de jugadores se repartirá una cantidad u otra. Tiramos el dado por turnos y comenzamos a pagar y cobrar...
Otra de las diferencias es que aquí, cuando caemos en una propiedad que no tiene dueño tenemos que comprarla y, en lugar de llevarnos la carta de propiedad, debemos colocar sobre la casilla un marcador. Así, el resto de jugadores sabrá a quién tiene que pagarle el alquiler cuando caiga ahí que, además, deberá ser el doble de su valor en caso de que las dos propiedades del mismo color pertenezcan al mismo jugador.
Opinión
A pesar de su sencillez y su aparente "poca chicha" frente a la versión clásica, se trata de un juego que gusta y engancha a grandes y pequeños.
Lo mejor:
Las reglas del juego son fáciles de entender y la dinámica del juego es muy sencilla.
A pesar de que las cartas de suerte necesitan ser leídas, son muy visuales, por lo que pronto aprenden a "leerlas" aunque no sepan hacerlo.
La calidad de los materiales.
Lo peor:
Quizá se echa de menos una variedad de billetes que pudiera ayuda al desarrollo del cálculo sencillo.
Comments